El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha desestimado completamente la demanda rusa contra Ucrania. Así lo informó el Ministerio de Justicia.
Según la decisión del TEDH, las demandas de Rusia en el caso nº 36958/21 fueron rechazadas en su totalidad.
El Ministerio de Justicia subraya que esta demanda es la única demanda interestatal que Rusia ha presentado contra Ucrania.
La demanda fue presentada por el Gobierno ruso ante el TEDH el 22 de julio de 2021 e incluía 10 grupos de alegaciones, entre ellas "asesinatos, secuestros, traslados forzosos, injerencias en el derecho de voto, restricciones al uso de la lengua rusa y ataques a embajadas y consulados rusos".
En la misma demanda, Rusia trató de responsabilizar a Ucrania del derribo del avión MH17, se quejó del bloqueo del Canal del Norte de Crimea y pidió al TEDH que aplicara medidas cautelares, entre ellas la obligación de Ucrania de restablecer el suministro de agua a Crimea y de poner fin a la "opresión" de la lengua rusa.
Ya el 23 de julio de 2021, el TEDH rechazó la solicitud rusa de medidas provisionales, alegando que Rusia no había aportado pruebas de "una amenaza grave de daño irreparable a los derechos humanos fundamentales en virtud del Convenio Europeo".
El Ministro de Justicia de Ucrania, Denys Malyuska, comentó la situación, opinando que "Rusia ha confundido el TEDH con un programa de televisión ruso, ya que en su demanda exponen todos los mitos de la propaganda rusa.... Desde el punto de vista jurídico, esperaban una derrota inevitable".
Tras analizar los materiales presentados por el demandante y las pruebas, así como tener en cuenta el comportamiento de Rusia y su falta de cooperación con el tribunal desde marzo de 2022, el TEDH desestimó íntegramente la demanda en todos sus cargos y la eliminó del registro de casos.
"El tribunal concluyó que el gobierno ruso ya no desea continuar con la consideración de su solicitud, ya que en repetidas ocasiones no ha respondido a la correspondencia del tribunal", dijo el sitio web del TEDH.
En 2022, Rusia se retiró de la jurisdicción del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y se negó a acatar sus decisiones.
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