Tranquilizantes: el camino hacia la tranquilidad

Los sedantes, o tranquilizantes, son un grupo de fármacos que afectan al sistema nervioso central para aliviar la ansiedad, la agitación y/o facilitar el sueño. También se conocen como depresores porque tienen un efecto inhibidor sobre el SNC.

Hierbas calmantes

Entre las plantas más conocidas utilizadas como sedantes se encuentra la valeriana, que se ha utilizado durante siglos para la tensión nerviosa. El kava kava ayuda con el estrés y la ansiedad moderada, mientras que la lobelia tiene efectos antiespasmódicos y sedantes. La hierba de San Juan, el clopogon y otras hierbas también son conocidas por sus propiedades calmantes.

Tranquilizantes grandes y pequeños

Los tranquilizantes se dividen en dos clases principales: grandes y pequeños. Los grandes tranquilizantes, o antipsicóticos, se utilizan para tratar trastornos mentales graves, mientras que los pequeños tranquilizantes, o ansiolíticos, se emplean para aliviar problemas emocionales como la ansiedad.

Tranquilizantes mayores

A mediados del siglo XX se descubrió un compuesto orgánico llamado fenotiazina, que tenía fuertes propiedades sedantes. En 1952 se creó un derivado de la fenotiazina, la clorpromazina, que supuso un gran avance en el tratamiento de pacientes con agitación grave. Sin embargo, el uso de estos fármacos requiere una estrecha vigilancia por parte de los médicos debido a sus posibles efectos secundarios.

Tranquilizantes menores

A diferencia de los grandes, los tranquilizantes menores, como el Valium y el Xanax, tienen efectos más leves y se utilizan mucho para tratar la ansiedad y los trastornos del sueño. Sin embargo, su uso puede provocar adicción y efectos secundarios, por lo que es esencial vigilarlos y seguir estrictamente las recomendaciones del médico.

Los sedantes, ya sean hierbas o medicamentos, pueden ser una herramienta útil para combatir la ansiedad y la tensión. Sin embargo, es importante recordar que su uso debe ser informado y supervisado por un profesional para evitar efectos indeseables.