Calzado infantil: normas de selección y cuidado

A la hora de elegir el calzado infantil, es necesario tener en cuenta las características anatómicas del pie del niño para garantizar su comodidad y seguridad. Los zapatos deben ser ligeros, flexibles y duraderos, con una suela flexible que no restrinja el movimiento de los pies.

Debe prestarse especial atención al tamaño del zapato y a la forma del talón. Debe ser lo suficientemente holgado como para no restringir el movimiento de los dedos y no limitar el crecimiento del pie. La altura del tacón en los niños es limitada: no más de 1/14 de la longitud del pie para evitar el desarrollo de pies planos.

Los zapatos de tacón abierto no son recomendables para los niños, ya que el talón debe ser estable y no impedir el deslizamiento del pie para evitar los pies planos.

Los zapatos que cubren el tobillo, como los de cordones, tiras o velcro, son preferibles para los niños en edad preescolar. Los zapatos «cortos» pueden provocar sobreentrenamiento y deformación de los dedos.

Los zapatos de charol o con un acabado brillante no son adecuados para el uso diario, ya que no son prácticos y pueden provocar la formación de vaho en el pie. Se recomienda renovar el calzado infantil cada seis meses, teniendo en cuenta el crecimiento del pie.

También es importante mantener el calzado limpio y seco. Se debe enseñar a los niños el cuidado adecuado de los zapatos, incluido su almacenamiento y limpieza. No se recomienda el uso frecuente de zapatos con suela de goma, pero si se utilizan, deben llevar plantillas de fieltro.