Palabras que forjan el futuro: cómo evitar errores en la comunicación con los niños

Educar a los hijos es una tarea compleja y exigente, y un aspecto importante es cómo les hablamos. Nuestras palabras y frases pueden tener un enorme impacto en su desarrollo personal. Es especialmente importante tener en cuenta que los niños menores de 9 años entienden el mundo de forma puramente literal y no disponen de sentido figurado.

Un error común de los padres es utilizar frases en sentido figurado, esperando que los niños las entiendan. Por ejemplo, en caso de fracaso, los padres pueden decir: "Bueno, lo has hecho bien", queriendo decir exactamente lo contrario. Los niños se toman las palabras al pie de la letra y pueden esperar elogios incluso después de haber hecho cosas malas.

Muchos de nosotros utilizamos a menudo frases parásitas sin pensar en su impacto. Estas frases pueden afectar negativamente a la autoestima y la confianza del niño. Por ejemplo, apodos cariñosos como "tonto" o "sin pelos en la lengua" pueden bajar el nivel de confianza y motivación de un niño.

Los padres que ya tienen hijos y esperan una nueva incorporación suelen fomentar involuntariamente los celos entre los niños. Las comparaciones entre niños, incluso antes de que nazca el más pequeño, pueden desencadenar sentimientos de injusticia y envidia. En cambio, los padres pueden apoyar al niño ayudándole a resolver problemas y a crecer.

Es importante recordar que los niños crecen y cambian con rapidez, y que merecen respeto y una comunicación adecuada. Utilizar diminutivos puede provocar irritación y rechazo por parte del niño.

Empecemos por analizar cómo nos comunicamos con nuestros hijos. Pide a tus allegados que escriban las frases que te molestan. Toma nota de los resultados y esfuérzate por mejorar la comunicación con tus hijos. Los niños merecen respeto y apoyo en su desarrollo personal, y nuestras palabras pueden marcar una gran diferencia en sus vidas.