La lactancia materna no es sólo un proceso nutricional importante para el bebé, sino también un vínculo especial entre la madre y el bebé. Sin embargo, a veces surgen dificultades: el bebé rechaza el pecho, se agita, llora o intenta apartarse. Las razones de estos problemas pueden deberse a una alimentación incorrecta, así como a algunos errores que pueden cometer las mamás. Es importante recordar que muchas de estas dificultades pueden solucionarse fácilmente si se siguen unas sencillas pautas.
Lo primero que hay que tener en cuenta es no dar el pecho cada vez que el bebé empiece a llorar. El llanto no sólo puede deberse al hambre o a la sed. El bebé puede estar indicando que está incómodo, que le duele la tripa o que simplemente quiere atención. Intenta comprender los motivos de su descontento antes de ofrecerle el pecho para evitar que se alimente por motivos poco saludables.
Un error frecuente es culparse a uno mismo. Cuando el bebé está irritable o se retuerce al mamar, no siempre significa que la madre no lo esté llevando bien. Puede que sólo le duela la barriga o que esté preocupado por otra cosa. En estos casos, tranquilízalo en brazos, dale un masaje en la barriguita y vuelve a intentar darle el pecho. También conviene revisar la dieta y excluir los productos que puedan causar molestias al bebé.
Un punto importante es el mito de que beber mucha leche es útil para mejorar la lactancia. De hecho, el abuso de productos lácteos puede provocar alergias o cólicos en el bebé. Basta con beber un vaso de leche al día e incluir en la dieta queso o requesón en cantidades moderadas.
Puede que algunas mamás quieran calmar a su bebé con un chupete. Sin embargo, es importante recordar que el uso frecuente del chupete en la etapa inicial puede afectar a la técnica de succión del pecho y provocar problemas de alimentación. En lugar del chupete, es mejor intentar calmar al bebé de forma natural, con contacto físico y caricias.
Un punto importante es también la suplementación del bebé con leche de fórmula. Algunas madres empiezan a dar leche de fórmula, pensando que la leche no es suficiente. Pero si el niño aumenta de peso dentro de lo normal, significa que toma suficiente leche. Si hay dudas, es mejor consultar con un pediatra para saber si es necesario suplementar al bebé y qué tipo de leche de fórmula es mejor elegir.
Otro error frecuente es querer que el bebé se duerma al pecho. La alimentación debe ser un proceso claro y consciente para que el bebé tome suficiente leche. Si se duerme mientras mama, puede que sólo tome la parte superior de la leche, que no le satura por completo. Es importante que la alimentación sea activa y que el bebé pueda oír los sonidos de la leche que ingiere.
En conclusión, cabe mencionar que las tomas nocturnas desempeñan un papel importante en el mantenimiento de la lactancia. Por la noche se produce más hormona prolactina, que no sólo favorece la lactancia, sino también la relajación de la madre, lo que es bueno para ambos.
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