Razones inesperadas para el divorcio

Los divorcios ocurren por una variedad de razones, desde desacuerdos serios hasta las circunstancias aparentemente más absurdas. A veces las razones de una ruptura parecen tan inesperadas que es difícil creer que sean reales. Sin embargo, en la práctica judicial y en la historia de los procedimientos de divorcio se pueden encontrar muchos ejemplos sorprendentes.

En algunos países, las causas de divorcio pueden parecer completamente absurdas. Por ejemplo, en Madagascar, los largos viajes de negocios de un cónyuge pueden convertirse en una base oficial para el divorcio. En Japón, una de esas razones es una posición incómoda para dormir que puede irritar a la pareja.

A veces el motivo del divorcio son los celos, pero no hacia una persona, sino hacia… un animal. En Alemania, un hombre, por envidia del perro de exhibición de su esposa, comenzó a alimentar a escondidas a la mascota con golosinas poco saludables, lo que provocó que perdiera la forma y ya no pudiera participar en competiciones. Cuando la esposa descubrió el engaño, el matrimonio se vino abajo.

Algunas razones están relacionadas con los hábitos y aficiones de los cónyuges. En Canadá, una mujer puede solicitar el divorcio si su marido ronca tan fuerte que le impide dormir. Y en Inglaterra, el aficionado al fútbol Neil Dewhart se separó de su esposa después de que ella lavara su camiseta favorita con autógrafos de deportistas, considerándolo un acto de vandalismo.

Incluso la pasión por las flores puede provocar una ruptura. Una pareja de ancianos se divorció porque la esposa era demasiado protectora con sus plantas. Los trasladaba de una habitación a otra incluso de noche, perturbando la paz de su marido. Como resultado, la vida familiar se volvió insoportable para el hombre y decidió irse.

Las adicciones a los juegos también pueden conducir al divorcio. En Murmansk, un apasionado del póquer perdió a su esposa a manos de un amigo en una partida de cartas. La mujer insultada no sólo pidió el divorcio, sino que posteriormente se casó con el mismo hombre al que una vez había “perdido”.

Las tecnologías modernas también tienen un impacto en las relaciones familiares. Las redes sociales, los juegos online y la comunicación virtual se convierten en causa de desunión entre los cónyuges. Las personas que se dejan llevar por Internet dejan de prestar atención a sus seres queridos, lo que finalmente destruye el matrimonio. A pesar de todos estos ejemplos inusuales, la verdadera razón del divorcio es siempre más profunda: reside en la falta de comprensión y respeto mutuos entre los socios.