El impacto del estrés en las preferencias de los hombres por las mujeres

Una investigación realizada por científicos británicos ha demostrado que el estado mental de los hombres influye directamente en sus preferencias sexuales. En particular, el estrés puede hacer que presten atención a mujeres con formas más curvilíneas, en contraposición a los momentos tranquilos y relajados, en los que se prefieren a las chicas delgadas.

En el experimento, realizado en la Universidad de Newcastle, participaron 80 hombres, la mitad de los cuales se encontraban en un estado de estrés. A cada participante se le mostraron fotografías de mujeres de distintas complexiones, desde muy delgadas hasta regordetas. Los resultados mostraron un patrón interesante: los hombres estresados ​​​​eran más propensos a elegir mujeres con formas normales o ligeramente regordetas, mientras que los participantes relajados tendían a elegir imágenes más delgadas.

Este descubrimiento desafía el estereotipo establecido de que a los hombres siempre les gustan sólo las chicas delgadas. Los psicólogos sugieren que el estrés puede alterar las percepciones del atractivo, haciendo que la preferencia por formas más femeninas y con más curvas sea una respuesta lógica a la tensión interna. Las formas curvas se asocian con la comodidad y la calidez, lo que puede ser un factor calmante en momentos difíciles.

Además, el estudio encontró que las percepciones de los hombres sobre el atractivo varían según el contexto. Una vez que el estrés desaparece y el hombre se siente más relajado, sus preferencias vuelven a la apariencia delgada. Esto indica que la elección de una pareja en estos casos es más resultado de un estado psicoemocional que de preferencias establecidas.

Los psicólogos también destacan que el efecto del estrés en la percepción del atractivo es temporal. Una vez que un hombre se siente seguro y cómodo, vuelve a sus preferencias habituales. Sin embargo, este descubrimiento puede jugar un papel importante en la comprensión de cómo los estados psicoemocionales influyen en las relaciones y las percepciones del atractivo sexual.

Es importante entender que estos estudios no tienen como objetivo establecer una figura femenina “ideal”. Más bien, muestran cómo variables como el estrés pueden influir en nuestras percepciones del mundo que nos rodea e incluso en nuestras preferencias íntimas.