La creencia común de que el alcohol ayuda a lidiar con el dolor y el estrés ha demostrado ser errónea. Científicos estadounidenses han demostrado que beber alcohol sólo refuerza los recuerdos negativos y ralentiza el proceso de recuperación mental después de acontecimientos traumáticos.
El efecto del alcohol sobre la memoria y las emociones
La investigación reveló que las personas que llevan un estilo de vida sobrio olvidan los acontecimientos desagradables mucho más rápido que aquellos que intentan “olvidar” con la ayuda del alcohol. El alcohol, en lugar de embotar las emociones, obliga al cuerpo a retener las experiencias negativas en la memoria, impidiendo que se debiliten.
Experimento con ratones
Para confirmar sus hallazgos, los científicos realizaron un experimento con ratones. Los roedores se dividieron en dos grupos: a uno se le dio alcohol regularmente y al otro no. Ambos grupos fueron expuestos a descargas eléctricas leves acompañadas de una señal sonora.
Después de un tiempo, las descargas eléctricas cesaron y a los ratones simplemente se les dieron sonidos. En los roedores sobrios, el miedo al sonido desapareció más rápidamente y volvieron a la vida normal. Por el contrario, los ratones del grupo “borracho” continuaron paralizados de miedo ante cualquier sonido asociado con el dolor, aunque ya no hubiera ninguna amenaza.
Paralelismos con la gente
Se han observado resultados similares en personas que han experimentado acontecimientos traumáticos. Los pacientes que consumían alcohol para afrontar el estrés postraumático tenían más probabilidades de experimentar sentimientos de miedo y ansiedad incluso en un entorno completamente seguro. Esto sugiere que el alcohol no sólo no ayuda, sino que también aumenta la inestabilidad emocional.
¿Por qué el alcohol perjudica la recuperación?
El alcohol afecta las áreas del cerebro que son responsables del procesamiento de las emociones y la memoria. En lugar de ayudar a “borrar” los recuerdos negativos, los refuerza, haciendo que el proceso de recuperación sea más largo y doloroso. Al mismo tiempo, el alcohol debilita los mecanismos de adaptación psicológica, reduciendo la capacidad de la persona para afrontar el estrés por sí sola.
Alternativas al alcohol para el estrés
Para combatir el trauma emocional, los expertos recomiendan prestar atención a métodos de recuperación saludables: ejercicio, psicoterapia, meditación y apoyo de los seres queridos. Estos métodos promueven un alivio natural de la ansiedad y le ayudan a volver a vivir una vida plena más rápidamente.
conclusión
El alcohol no es una solución a los problemas, sino un factor que los empeora. Beber alcohol en momentos de crisis emocional puede tener consecuencias a largo plazo, incluida la dificultad para afrontar recuerdos traumáticos. Elegir un estilo de vida sobrio y formas saludables de afrontar el estrés es un paso hacia una recuperación más rápida y efectiva.