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Independientemente de cuánto coma, e incluso si tiene complejos, no se desanime: la situación siempre se puede corregir. Esto es especialmente cierto en la temporada de abundancia de frutas y verduras, que son ayudantes indispensables de los que se esfuerzan por el equilibrio en la nutrición.
Se sabe que la fruta contiene fructosa, que puede contribuir al aumento de peso. Por lo tanto, merece la pena prestar atención a las verduras, en particular a los tomates.
En las estanterías de los supermercados, los tomates son unas de las verduras más asequibles y conocidas. Resulta que son uno de los productos con menos calorías que se pueden consumir en cualquiera de sus formas. Tanto si consumes tomates frescos como si los tomas en zumo, estarás obteniendo valiosas vitaminas sin las "poco saludables" calorías.
Los estudios han demostrado que el consumo regular de tomates puede ayudar a prevenir una serie de enfermedades graves como la anemia, la diabetes, la trombosis, las úlceras de estómago y también a regular el peso.
El zumo de tomate es rico en ácidos que tienen un efecto alcalinizante en la sangre, la linfa y el líquido tisular. Estos ácidos favorecen el metabolismo normal, lo que contribuye a normalizar el peso. Oligoelementos importantes como el magnesio, el sodio, el potasio y el calcio refuerzan el sistema inmunitario, ayudan a eliminar toxinas y favorecen los procesos metabólicos del organismo.
Si desea obtener resultados rápidos, preste atención a una dieta de tres días a base de zumo de tomate. Durante este tiempo, se puede reducir el peso de 1 kg por día. La regla principal es cumplir con la dieta. El menú de la dieta de jugo de tomate ofrece diferentes variantes de platos.
Su desayuno puede consistir en:
Un vaso de zumo de tomate recién exprimido y 2 rebanadas de pan de centeno con una suave capa de mantequilla
Un vaso de zumo de tomate recién exprimido y una porción de requesón desnatado.
Un vaso de zumo de tomate recién exprimido y una macedonia de frutas.
Para el almuerzo, le servirán las siguientes opciones:
Un vaso de zumo de tomate recién exprimido, una ración de arroz cocido, verduras y 1 manzana cruda o asada.
Un vaso de zumo de tomate recién exprimido, 150 g de pescado cocido dietético, ensalada de pepinos, tomates, hojas de ensalada aliñadas con aceite de girasol, 100 g de uvas.
Cena:
Media pechuga de pollo hervida, una ración de arroz.
Para aquellos que no quieren cambios drásticos, hay una dieta menos radical:
Día 1: 6 patatas medianas y un litro de zumo de tomate.
Día 2: 500 g de requesón desnatado y un litro de zumo de tomate.
Día 3: un litro de zumo de tomate y un kilo de fruta (excepto plátanos y uvas).
Día 4: 500 g de carne de pollo dietética y un litro de zumo de tomate.
Día 5: un litro de zumo de tomate y hasta 700 g de frutos secos (excepto plátanos, dátiles, pasas sultanas e higos).
Día 6: 500 ml de yogur desnatado y un litro de zumo de tomate.
Día 7: 500 g de carne de pollo o pescado dietético y un litro de zumo de tomate.
No olvides que durante la dieta, el organismo necesita agua adicional: al menos 3 litros al día. Esto ayudará a reponer la pérdida de agua y mantener los procesos metabólicos normales en el cuerpo. No olvide consultar a su médico antes de empezar la dieta.
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