Actividad física durante el embarazo

Durante el embarazo, es importante mantener un estilo de vida activo, a menos que existan contraindicaciones médicas. El ejercicio regular puede ayudar a mejorar su bienestar, reducir el estrés y preparar su cuerpo para el parto. La gimnasia ayuda a fortalecer los músculos, mejorar la circulación sanguínea y ayudar a mantener la postura.

La actividad física durante el embarazo debe ser moderada y adecuada a las capacidades de la mujer. Es importante elegir ropa cómoda, vigilar la salud y consultar con un médico antes de iniciar las clases. Las clases especializadas para futuras mamás o el entrenamiento individual con un instructor pueden ser una gran opción.

En las primeras etapas son útiles los ejercicios ligeros como caminar, agacharse y respirar. Por ejemplo, alternar caminar sobre las puntas de los pies, los talones y la parte exterior de los pies ayuda a fortalecer los músculos de las piernas. Los ejercicios de respiración mejoran el suministro de oxígeno al cuerpo, lo que es especialmente importante durante este período.

En el segundo trimestre, también puedes fortalecer los músculos de la espalda y el abdomen. Los ejercicios a cuatro patas con flexión y arqueamiento de la espalda ayudan a reducir la carga sobre la columna. Las pequeñas elevaciones de hombros estando acostado fortalecen los músculos abdominales, pero deben realizarse con precaución.

En etapas posteriores, se presta atención a las prácticas de respiración y ejercicios para relajar los músculos pélvicos. Ayudan a preparar el cuerpo para el parto, mejoran la elasticidad de los tejidos y reducen el riesgo de roturas. Técnicas simples para tensar y relajar los músculos del suelo pélvico pueden ser una excelente preparación para un parto natural.

Incluso un poco de actividad física tiene un efecto positivo en el estado general de la mujer y la ayuda a afrontar el estrés del embarazo. Lo principal es mantener el equilibrio, escuchar al cuerpo y elegir ejercicios que te aporten placer y comodidad.