Cómo convertirse en el centro de atención de una empresa

Todos conocemos a personas que atraen a los demás y en torno a las cuales siempre ocurren cosas interesantes. Estas personas suelen ser las iniciadoras de fiestas, salidas a discotecas y otros eventos. Parece que ser el alma de la empresa es un talento innato, que hay que aguantar si no se tiene. Pero, en realidad, se trata de un conjunto de cualidades bastante específicas que puedes desarrollar en ti mismo.

El arte de la comunicación
El alma de la empresa se distingue por su facilidad para entablar conversaciones incluso con desconocidos. No se queda mirando al recién llegado, le saluda inmediatamente y encuentra un tema común de conversación. Esto no significa que le gusten todas las personas, pero está dispuesta a entrar en contacto. Para convertirse en el alma de la empresa, hay que hablar con valentía no sólo con los conocidos, sino también con aquellos a los que apenas se conoce. Los recién llegados a tu empresa te agradecerán que les ayudes a "tirar" de la conversación. Tu trabajo consiste en reunir a la gente y crear un ambiente acogedor.

Si se siente inseguro al hablar con desconocidos, empiece a practicar en tiendas, transportes públicos, etcétera. Al principio será difícil, pero con el tiempo te sentirás más seguro.

Iniciativa en la comunicación
El alma de la empresa siempre encuentra tiempo para mantenerse en contacto con sus amigos. Organiza reuniones, llámalos no sólo en vacaciones, ve a visitarlos. A menudo, el alma de la empresa se convierte en el iniciador de la comunicación, que otros dan por sentada. Esto no significa ser intrusivo, sino simplemente mostrar iniciativa.

Desarrolle la confianza en sí mismo. Esta cualidad es esencial para ser el alma de la empresa. No piense en los fallos de comunicación: todo el mundo los tiene. Elógiese por sus logros y piense en sí mismo como una persona de éxito, entonces los demás empezarán a percibirle de la misma manera.

Alegría y humor
El alma de la empresa suele ser el amante de la diversión. Nunca se le acaban las bromas y las ideas nuevas, y acepta de buen grado las bromas y las ideas de los demás. La gente reconoce que es mucho más divertido estar con ella. Desarrolla el sentido del humor, pero recuerda que es importante no degradar a los demás. Elimina de tu repertorio los chistes subidos de tono y los chistes sobre minorías. Estudia el humor de calidad, inventa tus propias variaciones de chistes famosos, memoriza chistes y cuéntalos con audacia en compañía.

No tenga miedo de ser gracioso y ridículo. El alma de la compañía no sólo bailará gallardamente, sin pensar en la técnica, sino que también arrastrará a la pista a los amigos más tímidos, contagiándoles su diversión.

Interés por los demás
Lo que también distingue al alma de la compañía es la capacidad de hablar de temas interesantes. Una persona así, por supuesto, no lo sabe todo, pero tiene muchos intereses, y siempre está dispuesta a compartir información y a percibirla. El alma de la empresa casi nunca dirá: "Esto no me interesa, cambiemos de tema". Si alguien está hablando de algo nuevo, ella le inundará a preguntas y al final de la conversación tendrá una idea general del tema.

Aprenda y esté abierto a cosas nuevas. No limite sus preferencias a la música, la literatura, la ciencia, la cocina y otras áreas. Para ser interesante, no basta con saber mucho, tienes que ser capaz de juzgarlo desde tu propio punto de vista, respetando las opiniones alternativas.

Trabajar en uno mismo
Trabajando en ti mismo, no te convertirás necesariamente en el alma de la empresa. Quizá prefieras ser un observador. Pero las cualidades adquiridas te ayudarán en diversos ámbitos de la vida, tanto en el personal como en el profesional. Al desarrollar la confianza en ti mismo, la capacidad de comunicación y el interés por la gente, tendrás más éxito y serás más feliz.