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Cuando nos dirigimos al gimnasio, muchos de nosotros esperamos conseguir resultados en la pérdida de peso. Sin embargo, conviene recordar que no todos los ejercicios favorecen por igual la pérdida de peso. Echemos un vistazo a algunos de los ejercicios más comunes pero ineficaces.
Los ejercicios cardiovasculares se consideran parte integrante del proceso de pérdida de peso, pero no hay que irse a los extremos. Correr o nadar demasiado poco tiempo o, por el contrario, demasiado tiempo puede resultar ineficaz. Las grasas empiezan a quemarse sólo cuando se agotan las reservas de glucógeno del organismo, lo que ocurre después de unos 40 minutos de cardio-carga activa. Además, la frecuencia cardiaca desempeña un papel fundamental: para obtener resultados, la frecuencia cardiaca debe mantenerse entre 120 y 140 pulsaciones por minuto.
Otro mito es la idea de que los entrenamientos repetidos de abdominales darán como resultado un cuerpo más delgado. En realidad, los depósitos de grasa se reducen de manera uniforme en todo el cuerpo, y realizar ejercicios de abdominales 2-3 veces por semana es suficiente para mantener un vientre plano.
Los ejercicios dirigidos a los músculos abdominales oblicuos tampoco le acercarán al ideal de una cintura de álamo. Al contrario, pueden provocar un aumento de volumen. Ejercicios como flexiones y torsiones pueden afectar negativamente a la forma de la cintura.
Abrir y juntar las piernas en un entrenador es otro mito sobre la posibilidad de vencer la celulitis y reducir el volumen de los muslos. En realidad, las simples sentadillas con mancuernas o una barra son mucho más eficaces para combatir la piel de naranja. Activan más grupos musculares y favorecen la quema de grasas.
A la hora de elegir los ejercicios para entrenar, es importante centrarse en los objetivos y plantear el programa de forma consciente. Evita los ejercicios que no se ajusten a tus necesidades y céntrate en aquellos que te acerquen a los resultados deseados.
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