¿Necesita un recién nacido más líquidos?

Cuidar a un recién nacido no es sólo disfrutar de los primeros meses de vida, sino también plantearse muchas preguntas a los padres jóvenes. Una de ellas es la pregunta: ¿es necesario "rellenar" al bebé con agua además de leche? Intentemos comprender en qué casos el bebé necesita realmente líquido extra.

Muchos pediatras han defendido que los recién nacidos deben recibir agua desde el nacimiento, sin tener en cuenta que esto puede depender del tipo de alimentación. En el pasado, el planteamiento era universal para todos los bebés, pero hoy en día el concepto de alimentación ha cambiado considerablemente.

Si un bebé es amamantado, no necesita agua suplementaria hasta los seis meses de edad. La Organización Mundial de la Salud insiste en que la leche materna satisface plenamente las necesidades de líquidos del bebé. Contiene todos los componentes necesarios, incluida el agua, que ayuda a mantener hidratado el organismo del recién nacido. Lo único importante que hay que recordar es que la leche materna está perfectamente equilibrada y contribuye al pleno crecimiento y desarrollo del bebé.

En el caso de los bebés alimentados artificialmente, la situación es un poco diferente. La leche artificial no siempre cubre todas las necesidades de líquidos, y el bebé puede necesitar más agua entre comidas. No obstante, si el bebé se niega a beber, no insistas. Él mismo determinará si lo necesita.

¿Cuándo introducir líquidos adicionales? La respuesta a esta pregunta depende del estado de salud del niño. Si el bebé está enfermo, por ejemplo, sufre fiebre alta o trastornos intestinales, es necesario consultar a un médico sobre la introducción de agua en su dieta.

La leche materna no sólo satura de agua al bebé, sino que también contribuye al desarrollo de su sistema inmunitario. Una suplementación inadecuada, en particular un exceso de agua antes de la toma, puede debilitar la lactancia de la madre, lo que a su vez afectará a la salud del bebé. El hábito de dar agua al bebé antes de alimentarlo hace que beba agua en lugar de consumir la cantidad adecuada de leche.

Con el tiempo, cuando el bebé empieza a comer alimentos sólidos, puede aumentar la necesidad de líquido adicional. En este caso, además de leche, el bebé necesitará beber agua o compota, pero es importante que las bebidas no contengan azúcar. Tras el inicio de la alimentación complementaria, muchos padres empiezan a enseñar a sus hijos a beber de un vaso, lo que ayuda a desarrollar los hábitos adecuados y mejora la coordinación.

Así pues, dar o no agua a un recién nacido es una pregunta para la que no existe una respuesta universal. Todo depende del tipo de alimentación y del estado de salud del bebé. Lo principal es recordar que los bebés sanos alimentados con leche materna no necesitan líquidos adicionales, y que el agua sólo puede introducirse en determinados momentos y en las cantidades adecuadas.