Investigadores estadounidenses de la Universidad de Minnesota han descubierto que el consumo regular de pequeñas cantidades de yogur puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar hipertensión. En el estudio participaron unos 2.000 voluntarios, cuya dieta se analizó detalladamente. Resultó que los que incluían yogur en su dieta diaria tenían menos probabilidades de sufrir hipertensión que los que apenas lo comían.
Si un 2% de la dieta diaria, lo que corresponde a unos 100 gramos de yogur, estaba compuesto por este producto, el riesgo de desarrollar hipertensión se reducía en un 31%. Además, este efecto positivo se mantuvo durante 15 años, lo que confirma los beneficios a largo plazo del producto.
Uno de los factores clave de este efecto es el calcio, que se encuentra en los productos lácteos. Mejora la flexibilidad de los vasos sanguíneos, ayudándoles a adaptarse más fácilmente a los cambios de presión arterial. Esta propiedad convierte al calcio en un elemento esencial para mantener la salud cardiovascular.
Según los expertos, el calcio es especialmente importante para el funcionamiento de los músculos, incluidos los que forman las paredes de los vasos sanguíneos. Por lo tanto, los productos lácteos como el yogur deben tener un lugar en su dieta. Sin embargo, a pesar de sus beneficios, es importante recordar que un exceso de calcio puede ser perjudicial.
Si el calcio se acumula en exceso, puede depositarse en las paredes de los vasos sanguíneos, haciendo que pierdan su elasticidad. Esto, a su vez, aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Por lo tanto, la moderación en el consumo de productos lácteos es la base para mantener sus beneficios.
El yogur puede convertirse en un elemento no sólo sabroso, sino también útil de su dieta, especialmente si su consumo se combina con los principios generales de un estilo de vida saludable. El consumo regular de este producto ayudará a reducir la carga de los vasos sanguíneos y a mantenerlos sanos durante muchos años.