Muchas mujeres siguen insatisfechas con el tamaño o la forma de sus senos y, en ocasiones, el deseo de cambiar algo les lleva a optar por una intervención quirúrgica. En algunos casos, la corrección es posible con la ayuda de ejercicio o productos especializados, pero cuando estos no producen resultados, las mujeres consideran la mamoplastia. Los motivos de esta decisión pueden ser diferentes: recuperación de una mastectomía, cambio en la forma de los senos tras la lactancia, asimetría o simplemente insatisfacción.
Antes de decidir operarse, es importante someterse a un reconocimiento médico completo. El estado de las glándulas mamarias se examina con especial atención para excluir la presencia de neoplasias o bultos.
tipos de implantes y sus características
La cirugía plástica moderna ofrece dos tipos principales de implantes: de silicona y biológicos. Los implantes de silicona se han generalizado, pero aún continúa la controversia en torno a su seguridad. Los posibles riesgos incluyen desplazamiento de la prótesis, rotura de la membrana y dificultad para diagnosticar enfermedades mamarias.
Los implantes biológicos se consideran una opción más segura. No requieren reposición durante toda la vida y permiten exámenes de rutina como la mamografía. Estas prótesis se insertan debajo del músculo pectoral y prácticamente no alteran las funciones naturales de las glándulas mamarias.
preparación para la cirugía
Antes de pasar a la mesa de operaciones, es necesario someterse a análisis de sangre, mamografías, ECG y otros procedimientos prescritos por su médico. También es importante comentar con el cirujano la forma y tamaño deseado de la mama, teniendo en cuenta las recomendaciones del especialista.
La operación se realiza bajo anestesia general. El cirujano hace una incisión en lugares poco visibles: debajo del pliegue mamario, en la axila o a lo largo del borde de la areola, inserta el implante y coloca suturas internas, que se disuelven con el tiempo.
periodo postoperatorio
La rehabilitación después de la mamoplastia se acompaña de dolor, hinchazón e induración. Para aliviar la afección, se recomienda a los pacientes que usen prendas de compresión. La recuperación completa lleva varias semanas y, con el tiempo, el malestar da paso a la alegría por el resultado.
matices y consejos importantes
La corrección mamaria es un paso serio que requiere un enfoque consciente. Es importante considerar que incluso la operación más exitosa no está exenta de riesgos y peculiaridades. Por lo tanto, al elegir una clínica y un especialista, es necesario estudiar detenidamente las revisiones y recomendaciones.
Antes de decidirse a operarse conviene sopesar los pros y los contras, estudiar detenidamente la información sobre las posibles consecuencias y consultar con un profesional. La confianza en su decisión y un enfoque competente son la clave para un resultado exitoso y una mejor calidad de vida.
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