Una hermosa sonrisa es un elemento importante de la imagen de una persona moderna. Los dientes blancos como la nieve se han convertido desde hace mucho tiempo en un símbolo de éxito y atractivo. Sin embargo, con la edad, bajo la influencia de hábitos como fumar y beber café con frecuencia, el esmalte dental pierde su blancura natural y se vuelve amarillento. Este proceso se puede revertir y no es necesario acudir al consultorio dental. Veamos cómo puedes blanquear tus dientes en casa.
A menudo, la causa del oscurecimiento del esmalte es una higiene inadecuada. Muchas personas se cepillan los dientes apresuradamente, lo que provoca la acumulación de placa y sarro. La base para prevenir el color amarillento es una limpieza dental regular y de alta calidad. Sin embargo, incluso si te cepillas los dientes a fondo, esto no siempre ayuda a mantenerlos blancos como la nieve, ya que el color del esmalte está influenciado por la genética. Es importante recordar que un tinte amarillento en los dientes no siempre es un indicador de un mal estado, sino más bien un rasgo genético.
Uno de los métodos más asequibles para blanquear los dientes en casa es el uso de pastas dentales blanqueadoras. Estas pastas ayudan a eliminar la placa y restaurar los dientes a su tono natural. Sin embargo, no debes esperar resultados instantáneos. Este método es el más adecuado para quienes desean mantener los dientes blancos después de un blanqueamiento profesional, pero no quieren un cambio de color drástico.
Otro método popular es cepillarse los dientes con carbón activado. Este método se ha utilizado durante mucho tiempo como una alternativa segura y asequible a los productos químicos. El carbón activado elimina eficazmente la placa y tiene un ligero efecto abrasivo sobre el esmalte. Lo principal es no abusar de este método para no dañar los dientes.
También puedes recurrir a remedios caseros como el limón y el bicarbonato de sodio. El ácido cítrico y el bicarbonato de sodio pueden blanquear los dientes de manera eficaz, pero si se usan con frecuencia, pueden dañar el esmalte y hacer que los dientes sean más sensibles. Por lo tanto, estos métodos deben utilizarse con precaución y no con demasiada frecuencia.
Para aquellos que quieren un enfoque más profesional, pero no están preparados para visitar al dentista, existen geles especiales para blanqueamiento casero. Se pueden utilizar de dos formas: aplicándolos con una brocha o utilizando un protector bucal. Ambas opciones dan buenos resultados con un uso regular, pero requieren consulta con un médico para evitar daños al esmalte dental.
Antes de empezar con el blanqueamiento dental conviene valorar todos los posibles riesgos y consultar con un especialista. Después de todo, la salud de tus dientes es mucho más importante que su apariencia.
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