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Una investigación científica revela aspectos sorprendentes de la estructura del cerebro femenino, que afectan a la propensión a la depresión. Resulta que el cerebro de los hombres es más grande que el de las mujeres, pero este último nunca se detiene, ni siquiera durante el sueño.
Las diferencias en la respuesta a la enfermedad también influyen: las mujeres son más sensibles al dolor, lo que está relacionado con su respuesta emocional. Enfermedades crónicas como el síndrome del intestino irritable y la fibromialgia, así como las migrañas, son más propensas a atormentar al sexo débil.
La demencia, que padecen sobre todo las mujeres, se explica por la influencia de hormonas como el estrógeno y la testosterona. La depresión, a su vez, ataca más a menudo a las mujeres debido a los cambios hormonales.
Las características estructurales del cerebro también contribuyen: las mujeres tienen más desarrollada la corteza prefrontal, responsable de las funciones ejecutivas. También tienen mejor memoria y una actividad elevada en el hipocampo.
Las reacciones al estrés son diferentes en hombres y mujeres, como demuestra la activación de la amígdala. Las mujeres, que comunican sus experiencias, afrontan rápidamente el estrés, mientras que los hombres, que suelen cerrarse en banda, corren el riesgo de sufrir enfermedades graves.
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