A veces, el pasado, que parecía olvidado y dejado atrás hace mucho tiempo, de repente vuelve a entrar en nuestras vidas. Durante mucho tiempo podemos considerar que esas relaciones están completadas, y que finalmente se les pone fin. Pero de repente esta persona aparece de nuevo y nos recuerda a sí mismo, dándonos ganas de empezar de nuevo. ¿Qué nos motiva en esos momentos? ¿Es un anhelo por lo familiar o un miedo a lo desconocido? ¿Y vale la pena volver a sumergirse en sentimientos ya vividos?
Cuando una relación termina, ganamos experiencia y damos lugar a cosas nuevas. Sin embargo, los sentimientos pasados pueden asentarse profundamente en el alma e incluso años después se hacen sentir. Y así, nuevamente nos encontramos ante una elección: volver al pasado o dejar todo como está. A veces nos parece que hemos cambiado, nos hemos vuelto más sabios y, por tanto, podemos evitar errores anteriores. ¿Pero realmente puede cambiar algo? ¿O simplemente corremos el riesgo de volver a caer en las mismas trampas?
Las relaciones pasadas tienen un poder asombroso. Incluso sabiendo que alguna vez trajeron dolor y decepción, podemos volver a sumergirnos en ellos. Es importante hacernos la pregunta: ¿estamos realmente preparados para que resurjan viejos agravios y desconfianzas? ¿Podemos perdonar y empezar de nuevo? ¿Y cuánto tiempo podremos vivir si constantemente miramos hacia el pasado y buscamos señales de errores pasados en una nueva pareja?
Una de las principales dificultades a la hora de renovar las relaciones es la cuestión de la confianza. Si el motivo de la ruptura fue una infidelidad o una traición, nos resultará complicado volver a abrirnos a esta persona. Las dudas pueden envenenar cada minuto de comunicación. ¿Pero qué hacer si tu corazón se acerca a él? ¿Deberías dejarte llevar por tus sentimientos o deberías mantenerte firme en tu posición y no dejar que tus emociones destruyan tu mundo interior?
Por supuesto, también hay casos en que las personas se separan no por traición, sino simplemente porque en algún momento sus caminos se separaron. El tiempo pasa y la persona con la que alguna vez fue difícil parece diferente. Esto puede hacer que quieras saber qué ha cambiado y si debes intentarlo de nuevo. Pero, ¿es necesario hacer esto si algún día algo no funciona?
Volviendo al pasado, debemos entender que empezar de cero no funcionará. Esta relación ya tiene una historia que nos acompañará en cada paso del camino. Inevitablemente compararemos el presente con lo que pasó antes, y esto puede provocar una nueva brecha. ¿O tal vez vale la pena correr el riesgo y darse la oportunidad de un futuro feliz, incluso si el pasado siempre estará ahí?
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