Lo que realmente queremos: encontrar los deseos verdaderos

Mañana. Despertador, café, ejercicio, paseo con el perro... Desayuno, maquillaje, trabajo... La mañana puede llenarse de muchas cosas diferentes. Pero hay una cosa que nos une a todos: reflexionar sobre el día por venir. " Así, hoy haré esto... Y entonces tendremos que hacer esto y aquello.

Sería bueno terminar también esto, cuánto se puede posponer. Y quieres hacerlo..." - así que organiza mentalmente tu día. Algo que hacemos voluntariamente y con placer, y algo - con frescura. Algunas cosas que no quieres hacer, y solo pensar en ellas puede arruinar tu estado de ánimo. Las hacemos a menudo sin placer, pero con la firme convicción de que es necesario.

Pero? ¿Quién? ¿Nosotros? ¿Por qué no queremos tomar el control de estas cosas? ¿Tal vez alguien más lo hace? ¿Por qué?

Preguntas interesantes, ¿no? Al pensar en ellas, se pueden llegar a conclusiones curiosas. Resulta que realizamos nuestros propios deseos mucho más rápido y mejor que las peticiones de otras personas. Después de hacer cosas que son importantes y valiosas para nosotros, nos sentimos satisfechos.

Estamos orgullosos de los resultados, "crecer" en nuestros propios ojos, sentirse feliz. En el proceso de cumplir nuestros deseos trabajamos con total dedicación y somos capaces de "rodar sobre montañas".

Y todo porque estos deseos son nuestros, los necesitamos. Pero las actividades en las que no hay interés personal, no quieren realizar. Los percibimos como extraños, ponemos "para más tarde", encontrando muchas razones para las transferencias. Si los tomamos, entonces lo hacemos lentamente, y la calidad no es importante para nosotros. La satisfacción tampoco - parece que se pierde tiempo y esfuerzo.