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Las piedras semipreciosas, a pesar de ser menos valiosas que las piedras preciosas, tienen su propia belleza y variedad. Entre ellas se distinguen varios tipos principales, cada uno con sus rasgos característicos.
Los berilos son uno de los grupos más diversos de piedras semipreciosas. Pueden tener distintas tonalidades, como verde, azul, melocotón, rosa y amarillo verdoso. Las aguamarinas pertenecientes a este grupo son las representantes más comunes. Los berilos se extraen en varios países, como Austria, Pakistán, Estados Unidos y Afganistán.
Las piedras de cuarzo también ocupan un lugar importante entre las semipreciosas. Entre ellas se encuentran variedades como el citrino, el cuarzo rosa y la amatista. Los minerales de cuarzo son populares por su belleza y asequibilidad. Están formados por cristales triédricos de sílice y son comunes en todo el mundo.
Las calcedonias tienen una característica textura translúcida y pueden ser de distintos colores, como verde, azul, rojo y gris. Este grupo incluye piedras como el ónice, el ágata, el jaspe y la cornalina. La calcedonia se encuentra en varios países, como India, Madagascar, Estados Unidos y México.
El jade es una forma rara de piedra semipreciosa, casi siempre de color verde brillante. Incluye variedades de jadeíta y jade. Tienen distintas tonalidades y pueden ser opacas o translúcidas. El jade se encuentra en Estados Unidos, Australia, Taiwán y Canadá.
Cada uno de estos tipos de piedras semipreciosas tiene su propio encanto y atractivo, lo que las convierte en una elección popular para la joyería y el coleccionismo.
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