Cómo preparar tu cuerpo para el invierno con hábitos de verano

Para muchos, el verano se asocia con días de relax y sin preocupaciones, pero en realidad es el momento ideal para preparar el cuerpo para la temporada de frío. Para evitar enfermedades frecuentes en invierno, es importante prestar atención a cómo fortalecer adecuadamente el sistema inmunológico durante la estación cálida. Esto no sólo le ayudará a evitar resfriados y gripes, sino que también reducirá el riesgo de enfermedades crónicas que empeoran con la llegada del frío.

En primer lugar, hay que recordar que el régimen de verano no debe diferir mucho del régimen de invierno habitual. A pesar de las vacaciones, es importante no dormir todo el día. Levantarse no más tarde de las 9 de la mañana ayudará a mantener el ritmo interno del cuerpo y adaptarlo al próximo frío. La comida de la mañana también juega un papel importante. La avena con frutos rojos como grosellas negras o fresas es una gran fuente de vitaminas que ayudarán a fortalecer el sistema inmunológico. Estas bayas son ricas en vitamina C, que ayuda al cuerpo a combatir los virus.

El endurecimiento es otro punto clave en el que centrarse en el verano. Los principios del endurecimiento no cambian según la temporada, pero en verano se puede empezar de forma más suave, bajando gradualmente la temperatura del agua. Es importante recordar que el endurecimiento debe ser gradual: es mejor comenzar con una temperatura confortable y luego bajarla para preparar el cuerpo para las heladas invernales. Incluso un pequeño efecto de tales procedimientos será de gran importancia para el sistema inmunológico en la temporada de resfriados.

Uno de los aspectos importantes de la recreación de verano es la protección contra el sobrecalentamiento. A pesar del tentador sol, pasar demasiado tiempo en la playa o en países cálidos puede ser perjudicial. El sobrecalentamiento provoca estrés en el organismo y reduce su capacidad para resistir infecciones. Por ello, es importante observar la moderación, pasar más tiempo a la sombra y evitar la exposición al sol durante su máxima actividad, es decir, de 11 a 16 horas.

No se deben descuidar los beneficios de caminar en la naturaleza, especialmente en los bosques de pinos. El aire saturado de fitoncidas lo limpia de forma natural de microorganismos patógenos. Ayuda al cuerpo a combatir infecciones y fortalece el sistema inmunológico. Además, las agujas de pino son ricas en vitaminas, que no solo favorecen la salud, sino que también tienen un efecto antibacteriano.

Si estás planeando unas vacaciones en el extranjero, debes tener cuidado. Los trópicos, con su flora y fauna exótica, pueden ser una verdadera prueba para el sistema inmunológico. Los microbios con los que el cuerpo no está familiarizado pueden desencadenar una respuesta de estrés que afectará la salud futura. Por eso, en lugar de países exóticos, es mejor optar por unas vacaciones más relajantes en tu casa de campo o en casa de tu abuela, donde podrás disfrutar del aire fresco y de una alimentación adecuada.

Como resultado, seguir reglas simples en el verano (nutrición adecuada, endurecimiento, protección contra el sobrecalentamiento y recreación activa en la naturaleza) ayudará a preparar el cuerpo para el invierno y evitar muchas enfermedades en la estación fría.