La experimentación sexual que puede acabar mal

La experimentación sexual es uno de esos temas de los que no se puede dejar de hablar y discutir. Cada vez son más las personas que buscan nuevas formas de enriquecer su vida íntima, experimentando con fantasías y posturas inusuales. Pero a veces detrás de ideas brillantes se esconden peligros que no sólo pueden acarrear consecuencias desagradables, sino también destruir relaciones. Aunque cada persona decide por sí misma lo que es aceptable para ella, hay varios tipos de experimentos sexuales que es mejor no probar.

En primer lugar, es importante recordar los límites de las preferencias personales. A veces puedes sentirte presionado por tu pareja o por el deseo de gustar, lo que puede llevarte a probar algo que te hace sentir incómodo. Por ejemplo, las fantasías sexuales de otras personas son un área en la que es importante ser honesto con uno mismo. Acceder a algo con lo que te sientes incómodo no sólo puede minar la confianza, sino que puede dejar emociones desagradables que te acompañarán durante mucho tiempo.

Un trío es una fantasía clásica de muchos hombres, pero no siempre conduce al resultado esperado. Lo más frecuente es que surjan problemas en la pareja si se involucra a terceros en la vida íntima. A pesar del atractivo inicial de la idea, los celos, los malentendidos y los sentimientos de traición pueden destruir hasta la relación más sólida. Por eso, antes de hacer realidad una fantasía así, conviene sopesar cuidadosamente todos los pros y los contras.

También conviene recordar que lo extremo en la vida íntima no siempre está justificado. Por ejemplo, el sexo en un avión no es un cuento de hadas, como a menudo se dibuja en las películas. La estrechez de los aseos, la multitud constante de pasajeros y la falta de intimidad hacen que la idea sea más una decepción que una aventura excitante. Incluso si decides tener sexo en los asientos, las probabilidades de enfrentarte a la incomodidad y la incapacidad de saborear el momento son extremadamente altas.

El sexo en la oficina es otra fantasía común que puede convertirse en un problema. En primer lugar, siempre existe la posibilidad de ser grabado por una cámara y, en segundo lugar, si el sexo ocurre en el lugar de trabajo, puede afectar a las relaciones profesionales y a la reputación. Incluso si todas las circunstancias son perfectas, lo imprevisible de la situación puede provocar mucho estrés.

El sexo en lugares públicos es una de las opciones más controvertidas. El romanticismo de practicar sexo en el banco de un parque o en un cine puede acabar no sólo con miradas desagradables, sino incluso con consecuencias legales. Además, estos experimentos siempre van asociados al riesgo de lesiones o situaciones desagradables que pueden arruinar todo el día o la noche.

Además, no hay que olvidarse de la seguridad. Experimentar con desconocidos o mantener relaciones sexuales sin protección puede provocar enfermedades graves. Es mejor pensar de antemano en la salud y en métodos anticonceptivos seguros que preocuparse después por las consecuencias.

Es importante recordar que la experimentación sexual debe traer alegría y satisfacción, no problemas. Elige opciones seguras y cómodas para ambas partes que ayuden a crear confianza y a fortalecer la relación, no a destruirla.