Spa en casa: cómo crear una pausa de spa en el baño

Si tiene ganas de experimentar el ambiente de un resort, pero aún no ha llegado la temporada de verano, no se desespere: convierta su baño en un verdadero spa. Los salones de belleza modernos ofrecen una variedad de baños para rejuvenecer y relajarse, pero muchos de ellos se pueden organizar en casa.

Una opción popular es un baño rejuvenecedor oriental. Su secreto está en una mezcla de hierbas que tonifica la piel, la satura de humedad y la vuelve aterciopelada. Para prepararlo necesitarás 200 gramos de una mezcla de romero silvestre, salvia, enebro y efedra. Las hierbas se vierten con agua hirviendo y se infunden durante varias horas. El procedimiento dura unos 15 minutos y se recomienda un ciclo de 10 baños. Si te resulta complicado encontrar todas las hierbas necesarias, siempre puedes acudir a un spa.

Otra opción clásica es el baño de Cleopatra. Esta receta antigua y legendaria es fácil de recrear en casa. Para ello, mezcle un litro de leche (o un vaso de leche en polvo), 5 cucharadas de menta elaborada, 4 cucharadas de miel y 2 cucharadas de aceite de oliva o de almendras. La leche y la miel hidratan la piel, mientras que la menta y los aceites la suavizan. Cleopatra, según la leyenda, gracias a este baño mantuvo su piel joven y atractiva.

Los baños de arena o psamoterapia también tienen notables propiedades curativas. La arena tibia con partículas de cal y un ambiente ligeramente alcalino ayudan eficazmente con las enfermedades del sistema musculoesquelético y nervioso. Es difícil repetir estos cuidados en casa, ya que la arena debe ser de un tipo especial y los procedimientos requieren supervisión médica. Por lo general, estos baños se llevan a cabo en la costa del mar o en centros especializados.

Los baños de burbujas o baños de oxígeno son otra forma deliciosa de relajarse. Durante el procedimiento, pasan burbujas de aire a través del agua, lo que enriquece la piel con oxígeno y estimula la respiración de los tejidos. Esto ayuda a aliviar los espasmos musculares y mejorar el tono general. Para un baño de este tipo necesitará un dispositivo especial, que se puede encontrar en el spa. En casa, puedes utilizar agua mineral con gas, pero para ello necesitarás al menos cinco litros.

También merecen atención las ventajas de los diferentes regímenes de temperatura de los baños. Los baños fríos (20-33°C) tonifican y estimulan el metabolismo, mientras que los baños calientes (37-39°C) ayudan con los problemas del sistema musculoesquelético. Los baños calientes (a partir de 40°C) ayudan a mejorar el metabolismo de las proteínas, pero es importante tener en cuenta las contraindicaciones, como la temperatura elevada, la fase aguda de la enfermedad o el cáncer.

Antes de iniciar cualquier procedimiento con agua, se recomienda consultar a un médico. Ciertas condiciones médicas y contraindicaciones, como fiebre, psicosis aguda o problemas circulatorios, pueden afectar la elección de un procedimiento adecuado. Recuerde que la salud es la máxima prioridad y que su experiencia de spa en casa debe ser segura.