Hábitos nocivos de los que hay que olvidarse

Los hábitos cotidianos pueden parecer inofensivos, pero pueden repercutir negativamente en nuestro aspecto y nuestra salud. Fruncimos el ceño, nos reímos, nos tocamos la cara con las manos e incluso nos sentamos con los pies en alto sin pensar en las consecuencias. Veamos cuáles de estos hábitos merece la pena cambiar para mantener la belleza y la salud.

Hábito nº 1: abusar de las expresiones faciales

Reír y expresar emociones son buenos para la salud mental, ya que estimulan la producción de endorfinas. Sin embargo, pueden tener un impacto negativo en la piel, provocando líneas finas y arrugas. Reír y fruncir el ceño con frecuencia afecta a la piel del contorno de los ojos, formando «piel de gallina» y pliegues nasolabiales. Las cejas fruncidas dejan líneas verticales profundas, y las arrugas de la frente se hacen cada vez más visibles.

Hábito nº 2: tocarse la cara con las manos

Tocarse la cara constantemente, como cuando nos apoyamos la mejilla o nos rascamos la nariz, puede provocar arrugas y erupciones. Tocarnos la cara con las manos sin lavar introduce gérmenes que pueden causar inflamación y empeorar las afecciones cutáneas.

Hábito nº 3: Reventarse los granos

Apretar los granos es uno de los hábitos más perjudiciales. Además de estimular las glándulas sebáceas y aumentar la grasa de la piel, también se corre el riesgo de contraer una infección, que puede provocar nuevas erupciones e irritaciones. Además, un apretón inadecuado puede dejar cicatrices y manchas en la piel.

Hábito nº 4: Morderse los labios

Morderse los labios puede parecer un hábito inocente, pero en realidad provoca descamación, grietas e inflamación. Los labios mordidos no sólo tienen un aspecto poco atractivo, sino que también se vuelven vulnerables a las infecciones, lo que hace que este hábito sea especialmente perjudicial.

Hábito nº 5: Sentarse con los pies pegados a las piernas

Sentarse con los pies pegados a las piernas es un hábito que puede provocar graves problemas de circulación e incluso varices. Es especialmente peligroso para quienes pasan mucho tiempo sentados en un escritorio, ya que una posición inadecuada de las piernas puede agravar el problema.

Conclusión: cómo combatir los malos hábitos

Abandonar los malos hábitos requiere autocontrol y tiempo. Es importante reconocer su impacto en la salud y el aspecto físico y tomar medidas para corregirlos. Por ejemplo, controla tus expresiones faciales, intenta no tocarte la cara con las manos ni apretarte los granos. Presta atención al cuidado de los labios y vigila la posición de las piernas al sentarte. Tu salud y tu belleza están en tus manos.