Bronceado de verano: los secretos de su conservación

El verano es el momento perfecto para cumplir el sueño de lucir una piel bronceada sin necesidad de acudir a un centro de bronceado. Sin embargo, mantener el bronceado puede ser todo un reto. Es importante tomar medidas con antelación para prolongar el bonito ahumado.

La duración del bronceado depende de las condiciones en que se obtiene. Los bronceados "sureños" obtenidos bajo un sol ardiente tienden a desvanecerse más rápido. Los rayos del sol en climas cálidos son más agresivos y la piel se exfolia rápidamente al renovarse. En cambio, un bronceado a la sombra dura más y no daña tanto la piel.

Después del bronceado, hay que hidratar la piel. La piel hidratada se descama menos y mantiene mejor el bronceado. Utiliza cremas hidratantes después de la ducha, y los productos "after sun" pueden ayudar a hidratar la piel y fijar el bronceado.

Una vitamina importante para retener el bronceado es la vitamina A. Consumir alimentos ricos en esta vitamina, como hígado de ternera, leche, huevos, albaricoques, espinacas y zanahorias, ayuda a mantener el bronceado.

Bañarse con frecuencia no es incompatible con la conservación del bronceado, pero evite los baños y las saunas, ya que las altas temperaturas pueden acelerar la exfoliación de la piel y desvanecer el bronceado.

Evite los tratamientos y productos blanqueadores como el pepino, el limón, la leche y los cosméticos blanqueadores. Pueden acelerar la pérdida del bronceado.

Algunas recetas populares también pueden ayudar a conservar el bronceado. Lavarse la cara con té o cubitos de hielo hechos con té, usar posos de café como exfoliante son formas naturales de mejorar la piel y prolongar el efecto del bronceado.

Si tu bronceado se desvanece, no desesperes. Intenta ir a la playa de nuevo y disfruta de los cálidos días de verano.