La piel de las manos es la tarjeta de visita de una mujer, y puede decir mucho sobre su edad. Nuestras manos están expuestas diariamente a diversos factores y rara vez reciben el cuidado que merecen. El trabajo diario y los productos químicos domésticos, la exposición constante al frío y al calor... todo ello hace sus propios ajustes en el estado de la piel de nuestras manos. Y, sorprendentemente, la piel de las manos es aún más fina que la de la cara. Por eso requiere una atención especial. Siguiendo los siguientes consejos, podrás mantener unas manos jóvenes y bonitas a pesar de las influencias externas.

Exfoliación

Las manos, al igual que la cara, necesitan una exfoliación regular de las células muertas. Ayude a que sus manos se sientan jóvenes aplicando un exfoliante una vez a la semana. Puedes utilizar productos ya preparados para el exfoliante o crear uno casero. Una opción eficaz es mezclar azúcar moreno con aceite de oliva, coco o almendras. Además, para combatir el oscurecimiento de la piel de las manos, que suele estar relacionado con la edad, puedes limpiarlas con cáscara de limón o leche.

Utiliza una crema hidratante con SPF

El sol es uno de los principales enemigos de la piel. Los rayos UV descomponen el colágeno, lo que provoca pérdida de elasticidad y arrugas. Para prevenir el envejecimiento de la piel de las manos, se recomienda utilizar una crema nutritiva de noche y, antes de salir a la calle, una crema hidratante con SPF. Eso sí, no olvides utilizar periódicamente una crema de manos con ingredientes hidratantes naturales como la manteca de cacao, la manteca de karité, el aloe vera y antioxidantes como la vitamina E y C.

Protección en el hogar

Actividades cotidianas como fregar los platos, limpiar o trabajar en el jardín pueden dañar gravemente la piel de las manos. Llevar guantes de goma cuando se realizan estas tareas es tan importante como utilizar cremas. Aplicando regularmente cremas hidratantes y aceites antes del trabajo, puede proteger la piel de sus manos de los efectos negativos.

Protección en invierno

El frío y las heladas pueden hacer que tus manos se vuelvan secas y ásperas. Durante el invierno, acuérdate de llevar guantes o manoplas calientes para mantener las manos calientes e hidratadas. Es importante recordar que incluso las cremas asequibles y baratas pueden suavizar eficazmente la piel si se aplican regularmente antes de acostarse y se duerme con guantes finos de algodón.

Jabón suave

A la hora de elegir jabón, prefiera las versiones suaves con ingredientes hidratantes como la glicerina. Intenta evitar los productos antibacterianos, ya que no sólo resecan la piel, sino que también pueden ser perjudiciales para su uso regular. Recuerde hidratar la piel después de cada lavado de manos y elija agua templada para el tratamiento.

Siguiendo unas sencillas normas para el cuidado de la piel de las manos, podrás mantenerlas jóvenes y bonitas a pesar de los factores externos. Al fin y al cabo, unas manos bien cuidadas son siempre tu tarjeta de visita, y pueden decir mucho de ti.