El verano trae consigo la alegría de los días soleados y la floración de la naturaleza, pero para las personas alérgicas puede ser un verdadero desafío. Con el comienzo de la temporada de floración, muchas personas empiezan a experimentar desagradables síntomas de alergia, como congestión nasal, tos y picor de ojos. Sin embargo, una alimentación adecuada puede ayudar a controlar y reducir la intensidad de los síntomas de la alergia.

Ante todo, los alergólogos recomiendan aumentar la ingesta de agua. Beba al menos el doble de agua pura que de costumbre. El agua ayuda a diluir la concentración de alérgenos en la sangre y contribuye a eliminarlos del organismo.

Las proteínas desempeñan un papel importante en la dieta de los alérgicos, pero elegir las fuentes de proteínas puede ser todo un reto. Muchos alimentos, especialmente los de origen animal, contienen alérgenos. Sin embargo, cada persona es única, y lo que causa alergias en una puede ser inocuo para otra. Por eso es importante hacerse análisis de sangre para detectar reacciones alérgicas a alimentos específicos.

Entre las fuentes de proteínas con menos probabilidades de provocar alergias se encuentran la carne de caballo, la carne de pavo blanco, la carne de codorniz, la carne de conejo y la carne de caza como la carne de liebre, la carne de jabalí y la carne de corzo. Sin embargo, deben evitarse el pollo, la carne de vacuno sin madurar y el cordero, que son más propensos a provocar reacciones alérgicas.

Entre los distintos tipos de pescado, el abadejo, el eglefino, la merluza y la lucioperca raramente provocan alergias, mientras que el salmón, la platija y el esturión pueden ser potencialmente alergénicos.

Los productos lácteos pueden contener alérgenos, especialmente en niños menores de un año. Sin embargo, la mantequilla, los productos lácteos fermentados y los quesos naturales tienen menos probabilidades de provocar alergias que la leche sola. Los lácteos como el ayran, el matsoni y el koumiss se consideran los más hipoalergénicos.

Los huevos, especialmente los de gallina, contienen alérgenos agresivos y deben consumirse con precaución.

A la hora de elegir frutas, verduras y hierbas de la nueva cosecha, se recomienda empezar por los productos menos alergénicos, como pepinos, calabacines jóvenes, coles, cebollas verdes y eneldo, evitando temporalmente fresas, rábanos, perejil, cilantro, cerezas y alycha.

En cuanto a harinas y cereales, hay que preferir los panes integrales, ya que son menos propensos a causar alergias, en lugar del pan de trigo blanco. El pan de avena, maíz o centeno también puede ser más seguro para los alérgicos.

También debe evitar el café instantáneo, ya que puede agravar las membranas mucosas de la garganta y aumentar la sensibilidad a los alérgenos.

Siguiendo las recomendaciones de los alergólogos y vigilando atentamente la reacción de su cuerpo a diversos productos, puede hacer que su dieta sea más segura y cómoda durante las exacerbaciones alérgicas.